Me lo pido… por Navidad
La Navidad… ya casi está aquí y la frase más escuchada del mes es “Me lo pido” que normalmente va acompañada de unos deditos pequeños señalando un juguete dos veces más grande que el mismo niño impaciente. Algunos me llamarán infantil, pero en esta época del año creo que en todos nosotros se despierta un niño pequeño. Ya que tengo la disculpa perfecta he decidido que también me apetece pedir 4 cositas por Navidad.
Me pido y eso primero es sonreír mucho, reír a carcajadas hasta que me duela la barriga, pido sonrisas que lo dicen todo y que hacen que todo se vuelva increíblemente fácil.
Me pido no tener miedo a no ser perfecta, hacerme responsable de mi vida tal y como es… que al fin y acabo la elijo yo. Me pido saber decir adiós a la gente que se va de mi vida con una enorme sonrisa y aprender a dar las gracias por lo que cada uno aportó… malo o bueno. Me pido no tener miedo a las expectativas sin cumplir. Y antes de quedarme decepcionada por no lograr algo, pensar que igual es porque no era el momento.
Me pido ver lo extraordinario en quien nunca me fijé. Que me perdí mucho girando la cabeza en la dirección opuesta… y no te vi. Hay que intentar ver más lejos de las fotos de perfil, conversaciones sobre el tiempo en Ibiza o las frases robadas para una velada perfecta.
Me pido el lujo de poder levantarme de mal humor y que sea insoportable al menos 1 hora al día (cualquiera negocia si puede ser menos en un día de esos). Me pido permitirme estar triste cuando lo necesito. Y ya que me he puesto a pedir también me pido ese café y tortitas que me cambia el humor solo con el olor que me llega a la cama.
Me pido no olvidar deciros más veces amigos que sois importante, sois muy especiales, increíbles. Pido más abrazos y besos, y menos mensajes y me gustas.
Me pido lugares inolvidables, respirar y disfrutar el aire de sitios nuevos, andar por calles desconocidas llenas de luces. Mirar las estrellas desde otros cielos y ver amaneceres entre risas e historias de cuando éramos niños. Quiero un depósito lleno, un billete de avión, una noche en hotel de lujo y una tienda de campaña. Me pido una maleta llena de planes e ilusiones… por conocer y por vivir.
Y como cuando yo era pequeña solo podía pedir una cosa por Navidad, este año elijo sin ninguna duda… me sobra con eso… pido ser feliz.
¿Y tú qué pedirás estas Navidades?
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